Originaria de África, en la actualidad la mosca de la fruta (Ceratitis capitata) está presente en todos los continentes, y se ha convertido en una de las especies de la familia Tephritidae que causa más daños económicos en los frutales, especialmente en el albaricoque, almendro, cerezo, ciruelo, manzano, melocotón, nectarina y peral. Su zona de influencia puede ser muy extensa, ya que al tratarse de un insecto polífago tiene capacidad para atacar a un gran número de frutales de hueso.
Mosca de la fruta o Ceratitis capitata
La mosca de la fruta es un insecto de un tamaño algo más pequeño que el de una mosca doméstica, que destaca por sus colores vivos y variados: amarillo, blanco y negro y sus grandes ojos verdes.
Se trata de una especie capaz de causar importantes daños directos en los cultivos, al excavar galerías en el fruto según se va alimentando, sobre todo durante su fase de larva. Indirectamente, favorece la entrada de hongos y bacterias que pueden provocar diversas enfermedades en las plantas.
Ciclo de vida de la mosca de la fruta
El ciclo biológico de la mosca de la fruta se inicia con la oviposición de la hembra sobre los frutos. A partir de este punto, al tratarse de un insecto holometábolo comienza un ciclo de metamorfosis que incluye 4 fases: huevo, larva, pupa y mosca adulto, cuya duración es variable, dependiendo de las condiciones ambientales.
Aunque pueden variar dependiendo de la especie, los huevos de la mosca de la fruta suelen tener forma alargada, un color entre blanco y cremoso y un tamaño que apenas llega a los 2 mm. Cabe resaltar que, para que puedan llegar a eclosionar, los huevos necesitan una humedad alta y una temperatura adecuada.
Tras una incubación que dura entre 2 y 7 días, las larvas salen del corion. La fase larvaria es, sin duda, la etapa más peligrosa para los cultivos. El motivo es que forman galerías en el sustrato de los frutos mientras se alimentan, provocando que se pudran y lleguen a caer al suelo. En el estado de larva, la mosca de la fruta muda la piel dos veces. Este proceso suele durar unas tres semanas y, posteriormente, salen de la fruta para pasar al periodo de pupa. Este proceso suele durar unas tres semanas.
Durante el estado de pupa, el insecto tiene una coloración blanquecina, que poco a poco se va transformado en café claro y luego más oscuro. Esta fase puede durar de 10 a 35 días, según la especie, y durante este tiempo se van produciendo una serie de cambios morfológicos y fisiológicos muy importantes.
La cuarta y última fase del ciclo es la etapa adulta, donde el insecto adquiere un color amarillento y un tamaño un poco menor que la mosca doméstica. El promedio de vida de la mosca adulta es de 2 meses y durante este tiempo se muestra muy activa en la búsqueda de alimentos para nutrirse de sustancias proteicas, las cuales permiten a las hembras madurar sus órganos sexuales y poner huevos.
Si las condiciones son favorables, pueden darse hasta 7 u 8 generaciones anuales, pudiendo atacar a diferentes cultivos. La actividad de la mosca se empieza a notar en primavera, llegando a su máximo nivel de actividad en verano. Luego, puede permanecer inactiva, y por lo tanto pasar desapercibida en invierno. Esto significa que nos enfrentamos a una plaga que puede llegar a ser muy persistente en el tiempo.
Síntomas y daños de Ceratitis capitata en frutales de hueso y pepita.
¿Qué daño hace la mosca de la fruta? Estos son los principales síntomas y daños:
- En el exterior de los frutos puede observarse la picadura de la hembra al realizar la puesta, que va ennegreciendo con el paso del tiempo.
- Aparición de orificios de salida provocados por las larvas cuando realizan la pupa en el suelo.
- Pudrición y caída de los frutos, al ser destruidos desde el interior por las larvas al alimentarse.
- Enfermedades e infecciones provocadas por la entrada de hongos y bacteriasa través de los orificios provocados en los cultivos por las larvas.
Cómo combatir la mosca de la fruta en frutales de hueso y pepita
Combatir la mosca de la fruta no es un objetivo fácil, ni suele ser suficiente con una sola medida. Por este motivo, actualmente se usan estrategias combinadas que incluyen medidas preventivas y culturales, junto con métodos de control biológico y el uso de insecticidas adecuados.
Medidas preventivas y culturales
Los sistemas de control preventivo y la medidas culturales más utilizadas contra la mosca de la fruta son:
- Uso de trampas alimenticias y sexuales.
- Eliminar los restos de fruta en el campo tras las cosechas, para intentar controlar el nivel poblacional.
- Recogida diaria de frutos infectados.
- Suelta de machos estériles para reducir el número de descendientes de las siguientes generaciones.
Existe un programa de control de Ceratitis capitata realizado por La Conselleria de Presidencia, Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, a través del Servicio de Sanidad Vegetal, estructurado en 8 medidas:
- Monitoreo de poblaciones.
- Técnica del insecto estéril.
- Trampeos generalizados.
- Control de focos aislados.
- Tratamientos terrestres colectivos.
- Tratamientos aéreos.
- Distribución de productos fitosanitarios.
- Información para los agricultores.
Organismos de control biológico
En la naturaleza, se encuentran una serie de organismos que son enemigos naturales de la mosca de la fruta y que, por lo tanto, conviene conservar y potenciar su presencia, ya que nos ayudan a controlarla:
- Pachycrepoideus vindemmiae.
- Spalangia cameroni Perkins.
- Pardosa cribata.
- Pseudophonus rufipes.
¿Qué condiciones deben cumplirse para poder llevar a cabo programas de control biológico?
Las estrategias de control biológico, consistentes en hacer crecer las poblaciones de enemigos naturales de la mosca de la fruta, son complejas de ejecutar y muchas veces insuficientes, por lo que deben combinarse con otros métodos.
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